Páginas

El tiempo

martes, 26 de febrero de 2013

ARRANQUE ROTEÑO


Asín os quedará vuestro plato de arranque roteño cuando aprendáis la receta que a continuación os explicamos. Si no lo conseguís, siempre podéis llamar a 'Telearranque Roteño' y os lo llevarán a vuestra casa en un velosol.



Supongamos, sólo supongamos, que tenemos que ir a jugar un partido de pádel a la bellísima y queridísima Villa de Rota. Un partido que es el inicio de una nueva fase de un torneo importante. Pues bien, ese comienzo de competición en Rota tiene el mismo nombre que un plato riquísimo propio de la gastronomía gaditana: arranque roteño.
Estamos ante una joya (de menudo) de nuestra cocina. Un plato sencillo de preparar, nutritivo, sano, ideal para cualquier día y ocasión. Y hoy vais a aprender a prepararlo a mi estilo.
Lo primero que necesitáis saber es que para preparar el arranque roteño no es necesario desplazarse hasta Rota. Lo podéis hacer en cualquier lugar del mundo, siempre que tengáis a mano los ingredientes necesarios. Esto no pasa, por ejemplo, con los chorizos a la riojana, que necesariamente tenéis que cocinarlos en La Rioja, o con los bonos del Banco de Santander, que sólo podéis comprarlos en el Banco de Santander.
Suele decirse que el arranque roteño es un plato a caballo entre el gazpacho y el salmorejo, pero no hagáis caso. No lleva carne de caballo, como las armóndigas del Ikea. Os lo aseguro yo que de armóndigas sé bastante.


HISTORIA

La receta original del arranque roteño (un poco de Historia no viene mal) data del siglo XXXIV antes de Cristo, cuando aún no se contaban siquiera los años por siglos. Hallazgos recientes cerca de la playa de La Costilla permitieron conocer que el primer plato de arranque roteño fue preparado casi por azar. En aquella época tan antigua, se diría que rupestre, una familia procedente de Híspalis (hoy, Sevilla o Miarmápolis) que iba a la citada playa a pasar el día (y la noche, porque regresar en el día era un palizón) portaba unos tomates de la huerta roteña, bien maduros. La mala suerte hizo que la suegra de aquella familia antigua, una señora que estaba de buen año, tropezase con un carro de ruedas cuadradas (aún no se había inventado la rueda redonda) y fuese a caer justo encima de la bolsa (de esparto) donde estaban los tomates, que acabó espachurrando junto a una hogaza de pan, unos pimientos verdes, una botella (de barro) de aceite y unos ajos (éstos sí que eran entonces igual que ahora).
Lógicamente, la familia no estaba en condiciones de regresar a Híspalis y decidió comerse lo que quedó en la bolsa, comprobando con sorpresa que aquello estaba riquísimo. Acababan de inventar, sin saberlo, el arranque roteño. De hecho, no sabían ni que aquella población se llamaba Rota ni sabían lo que era el arranque, ya que el coche aún no se había inventado. El nombre se lo pusieron años más tarde unos investigadores noruegos que ni siquiera sabían que eran noruegos porque Noruega aún no existía como tal país. De hecho, no sabían ni cómo se escribía la palabra "arranque", pues no sabían español ni el español existía como tal porque tampoco existía España. En definitiva, un origen muy peculiar. Lo dicho. Por azar.

Bien. Hecha esta referencia histórica, vamos a pasar a la elaboración del plato. Lo primero, los

INGREDIENTES

Cuatro dientes de ajo, a ser posible colmillos o incisivos. Sin caries

Cuatro pimientos verdes, como muchos viejos

Sal. Un pizca asín cogidita con los deditos, plim, plim

Cinco tomates maduros del tamaño de un balón de Nivea cada uno

Pan 'asentao', a ser posible en una silla de playa

Aceite, mucho aceite de oliva, del que perdéis a menudo cada día

Una botella de Ron Abuelo. Dos, mejor dos


PREPARACIÓN

Pedirle a alguien que nos pele los ajos porque dejan olor en las manos y es un coñazo quitárselo luego. Una vez pelados, hay que majarlos en un mortero. ¿Que qué es 'majarlos'? ¿Qué es un mortero? Lo mejor es pedirle a quien nos peló los ajos que, ya puesto, nos los dé majados.

Luego pelamos los tomates, aunque lo ideal es que alguien nos los pele y nos los dé ya troceados, porque es un coñazo quitarles la piel y chorrean agüilla y lo dejan todo perdido.

Mezclamos (o lo mezcla alguien por nosotros si estamos muy cansados de la noche anterior) los tomates con los ajos majados y le añadimos el pan a base de pellizcos. Esto último sí que lo podemos hacer nosotros porque pellizcar es algo muy agradable, sobre todo si el pan que pellizcamos es el pan de Mari Pan. La corteza no la uséis. Se la dais a los conejos.

Hay que ir moviéndolo todo en un lebrillo y le echamos un chorreón de aceite como si fuésemos a llenar el depósito de un Barreiros. Le añadimos sal, plim, plim, y ya está listo. El resultado debe ser como una pasta que sirviese para pegar carteles del bombero torero en las fachadas de las calles. Los pimientos, se preguntarán algunos, se colocan en tiras encima de la mezcla a modo de decoración. Hay quien prefiere, en su lugar, colocar serpentinas, candelabros o una lámpara isabelina.

Por último, celebraremos el resultado con las botellas de Ron Abuelo, antes o después de la comida. Recomendamos hacerlo después, ya que se han dado casos de quienes las han abierto antes y luego no se han acordado ni de que estaban cocinando el arranque roteño.

Nota importante: no hay que confundir nunca el arranque roteño con unos arenques retoños, que son pezqueñines a los que debemos dejar crecer.

Nota no menos importante: la suegra que aparece en esta receta no sufrió daños durante la elaboración del reportaje, de acuerdo con la directiva comunitaria UE-549012-J de uso adecuado de suegras en la elaboración de entradas de blogs de internet.

martes, 12 de febrero de 2013

CÓCTEL ASCENSO

En homenaje a mis queridos alumnos del Equipo de Las Redes por su ascenso a Segunda División de la Liga Provincial Bahía de Cádiz de Pádel

El mundo de la coctelería sigue siendo un gran desconocido para muchos de vosotros, mis lechones. Estáis habituados a beber toda clase de productos, desde líquido limpiaparabrisas a gasoil agrícola, con tal de saciar vuestra sed. Mezcláis bebidas sin criterio, sólo por el placer de beber. Y os estáis perdiendo los secretos de la 'alta' coctelería, que es la que yo practico en las azoteas de las casas. Probablemente muchos de vosotros no sepáis que fui yo quien enseñó a Tom Cruise cómo tenía que comportarse a la hora de interpretar su famoso papel protagonista en la película 'Coctail'. Soy un virtuoso capaz de coger seis botellas con una sola mano y servir chupitos con la otra mano en mi espalda, sin caer una gota. Esto me ha permitido también mejorar en mi juego en las pistas, pues gracias a la coctelería he desarrollado técnicas deportivas a una y a dos manos.
Hoy os voy a enseñar cómo se hace el cóctel 'Ascenso', que ya os advierto es una auténtica 'bomba de relojería'. (Por haber puesto esto último ya me aseguro una serie de visitas del FBI y la CIA en mi blog).





Ingredientes:

Tres botellas de La Guita, bien frías

Un plato de jamón ibérico cortado en taquitos

Un paquete de picos o regañás

Dos botellas de Ron Abuelo

Preparación:

Servimos muy fría la manzanilla en catavinos y nos los vamos tomando junto con los taquitos de jamón y los picos mientras hacemos el cóctel, que lleva su tiempo.

Coger una coctelera metálica de dos litros.

Verter una botella de Ron Abuelo y, seguidamente, la otra

Mezclar el contenido de las dos botellas agitando fuertemente la coctelera.

Servir el resultado en un vaso o copa, con o sin hielo. Ya podemos disfrutar del cóctel 'Ascenso'


'Armondiguita', nuestra colaboradora, con el resultado final.